Uno de mis mayores problemas con la escritura ha sido el estilo. Cuando empecé a escribir, mi estilo era lo que me definía, me gustaba expresarme a mi manera; decir lo que quiero y cómo quiero. Luego, cuando mi blog empezó a atraer visitas, me retraí y cambié mi voz.
Me escondí detrás de lo que yo creía que quería la gente. Dejé de ser yo y me convertí en un robot, perdí mi voz. No tardé mucho en perder a mis lectores también. ¿Sabes lo que dicen de un cliente? Es muy fácil de perder y es imposible recuperarlo. Pues con los lectores pasa lo mismo.
¿Por qué cambié mi voz entonces? Bueno, pues porque recibía muchos comentarios sobre mi lenguaje y mi estilo. Que si era sucio, que si decía muchos tacos… Ese tipo de cosas que los remilgados dicen a la gente normal, porque les molesta leer en un artículo la palabra «cojones».
Hoy no te voy a dar consejitos chupiguays de escritura. Así que, si has venido para eso, lo siento mucho; esta semana no toca. ¡Nos vemos la semana que viene!
¿Cuál es el fin de esta página?
Hace poco un compañero me contaba una anécdota; recibió un correo sin texto, con el asunto: ¿Cuál es el fin de este blog? Mola, ¿eh? Yo no he recibido ese tipo de correos, pero una vez, un señor me mandó literalmente al infierno por colocar, al final de un correo, un enlace a un curso de una amiga. Me llamó vendido.
Claro. Porque yo me supongo que este señor trabaja por amor al trabajo. Vive del maná y de su profunda estupidez.
Este es otro de los motivos que hacen que muchos blogueros y escritores pierdan su estilo. De repente, aparece una lumbrera de estas y te dice que eres un vendido, que estás escribiendo para cobrar y que, si das consejos a otros escritores, es solo para que te paguen. Que eso no es ser escritor.
A mí, al principio estas cosas me mosqueaban y hasta me quitaban el sueño. Me afectaban a nivel personal. Pero llega un punto en el que tienes los huevos pelados y a los idiotas los ignoras y te olvidas. Es así de sencillo, si quieres escribir y además llevar un blog, vas a tener que sacar callo, tienes que hacer costra y lograr que todas estas chorradas te resbalen.

Las putas cobran, ¿no lo voy a hacer yo? ¿Por qué? Pues ya me entienden.
A diferencia de todos estos, yo nunca me he metido con el trabajo de nadie. Cada uno hace lo que quiere y si yo quiero ofrecer consejos, basados en mi experiencia, pues lo haré. Y si esos consejos ayudan a alguien a escribir sus propios textos o, simplemente, a pasar la tarde; pues mejor para mí. Pero lo que no suelo hacer es cogérmela con papel de fumar y luego mear encima de la tapa del váter. Eso, no lo he hecho en la vida. Ni tengo intención de hacerlo con el tiempo.
Los que nos dedicamos a esto, salvo honrosas excepciones, pretendemos ganarnos la vida. Como cualquier hijo de vecino.
No te voy a pedir permiso
Yo entiendo que hay personas que añoran los tiempos del censor. Yo me los imagino con su toga, cariacontecidos y persiguiendo a Catón por las calles de Roma, siempre a su sombra y diciendo que sí a todo. Para ellos, estos tiempos en los que puedes hacer lo que te dé la gana sin tener que rendir cuentas a nadie, deben ser una pesadilla. Pero es lo que hay y si no te gusta, puedes salirte del juego cuando quieras.
Cuando empezamos en este mundillo —y cuando llevamos un tiempo— nos dejamos influir mucho por este tipo de oscuros personajes. Créeme, aunque se vistan con las telas del juicio, no tienen razón, no te están dando ningún consejo. Solo te critican, porque es lo que les gusta. No quieren ayudar, ni quieren aportar nada a la conversación.
Olvídate de pedir permiso a nadie para ser tú. No tienes que pedir permiso o sentir que eres un farsante por abrir un blog sobre redes sociales, sobre escribir, sobre el escritor en las redes sociales o sobre los hábitos reproductores de la pava parda prusiana.
No tienes que pedir permiso para hacerlo. Nunca pidas permiso a nadie para tratar de ganarte la vida con lo que te gusta. Y no tienes que sentirte mal porque uno de estos catones de pacotilla te venga a enmendar la plana con sus chorradas.
Eres perfectamente libre de hacer lo que quieras con tu vida y, si además, te puedes sacar unas perras con eso, pues oye… Eso que tienes. Que le follen al que te diga que no.

El arte de pedir permiso
A mí me gusta el marketing, supongo que ya lo sabes. Desde hace un tiempo es a lo que me dedico. Yo me reciclé; empecé a hacer cursos de marketing y de community management y me enamoré de todo esto. ¿Esto me hace menos escritor? Pues no sé… Pero yo no me veo menos escritor que antes, la verdad. Aunque claro, alguno habrá que opinará lo contrario.
Seth Godin suele hablar mucho del permission marketing y de todo este tipo de cosas. Yo he aprendido que, si te quieres dedicar a esto y quieres atraer la atención de los lectores, tienes que crear confianza. Para mí, la mejor forma de construir confianza es ser uno mismo.
Yo tuve la suerte de reencontrarme, ya lo expliqué en el artículo sobre pasar hambre y ser escritor. Después de mucho tiempo vagando por el desierto, me encontré y eso me valió recuperarme y recuperar mi blog. Si eres lector de Excentrya sabes lo que puedes encontrar cuando me lees, sabes lo que te puedes esperar de mí. Puede que algunas veces esté algo más bajo, pero sabes que mantengo una línea estable de contenidos.
Si no hubiese logrado recuperar mi estilo nunca hubiese recuperado mi blog.
Es así de sencillo. Y no solo porque ahora soy capaz de mantener el mismo estilo de un artículo al otro, también porque ahora tengo un objetivo. Sé lo que quiero hace con este blog. Sé lo que soy. Soy escritor, sí; pero también soy community manager y soy copywriter.
Me gusta escribir, me gusta el terror, me encanta la novela negra, pero también adoro el marketing digital. Y aunque haya alguno que piensa que eso es malo para ser escritor, la verdad es que se equivoca. Y no te imaginas hasta qué punto.
A mí no me tiene que dar nadie un carnet de escritor. Ni me tienen que coser una letra escarlata en la camiseta porque trate de crear y vender cursos. No tengo que esperar a que me llegue una carta del colegio Hemingway de Escritores, solo tengo que hacer lo que me gusta.
Días de letras y rosas
A mí no me ha resultado nada fácil estar aquí. Bueno… Tampoco he tenido que vencer a la esfinge y luchar contra el dragón… Vale. Pero llegar hasta aquí implica un esfuerzo, sacrificios y mucho empeño. Llegar aquí supone que has desarrollado una piel como la de los cocodrilos, a prueba de víboras y otros animales ponzoñosos.
Llegar hasta aquí me ha supuesto ser sincero conmigo mismo. Descubrir quién soy para poder serlo con vosotros. Y me ha costado… Me sigue costando, ¿cómo me centro? ¿Cómo hago para no salirme por la tangente y perder el rumbo de nuevo? Es jodido no dejarte confundir por ese destello y salir corriendo detrás, como una polilla, olvidando lo que dejas atrás.
En lo que llevo de año he estado a punto de abrir un blog de reseñas de cine, uno de reseñas de libros, un blog sobre copywriting, uno sobre marketing… Como puedes ver me cuesta mucho centrarme, sin embargo, cuando esto me sucede, respiro y me alejo del ordenador hasta que reordeno mis pensamientos.
Hace un tiempo leí un artículo de Gabriella sobre cómo centrarte en tu blog cuando te interesan muchos temas. Uno de sus consejos es turnar los temas que te interesan. En Excentrya, después de darle muchas vueltas, me decidí por esa opción; igual hablo de terror, que de marketing, que ofrezco consejos de escritura… No es que sea la mejor solución, pero bueno, no me va mal.

Esto puede ser un problema si aún no tienes muy claro cuál es tu estilo o qué es lo que quieres hacer. Si empiezas a interesarte por un tema y lees mucho, desarrollarás una voz de acuerdo a ese tema, si entonces cambias a otro tema, puede que no encajes.
Hay opciones mejores, como centrarse en un solo tema y olvidarse de todo lo demás… Aunque sé que es muy complicado. Para mí lo importante es ser coherente. Me gusta el marketing digital, pero soy escritor, así que lo más normal es que aplique mis conocimientos a lo que más me gusta, que es escribir.
Los ciclos de la vida
Yo he descubierto que tengo ciertos ciclos vitales que se repiten todos los años. Ahora mismo, estoy en el punto más bajo de ciclo vital. Todos los años en Junio pierdo fuerzas y mentalmente soy incapaz de afrontar la mayoría de cosas que durante el año no me suponen ningún esfuerzo. Ahora mismo, todo me parece un mundo; es normal, llevo casi un año sin parar y necesito un descanso.
En Octubre mi ciclo vital se reinicia, hacia Febrero alcanzo mi punto máximo. Sé que por esas fechas puedo afrontar cualquier objetivo sin necesidad de plantearme si podré o no podré, simplemente lo hago.
¿Por qué te cuento esto? Porque tú también tendrás esos ciclos y seguramente te agobiarás cuando la curva toque su punto más bajo. De repente estarás pensando que ya no te atrae ese tema y que quieres cambiar, que el diseño gráfico te interesa más que la caracterización —ahora mismo yo estoy en ese punto—. Pero tienes que dejar que eso pase. Porque pasará y, si lo tuyo es escribir, al final tu interés regresará al punto de partida. Si te has dejado deslumbrar por el cambio, te arrepentirás y tendrás que borrar y empezar de cero… con lo que eso cuesta, ¿verdad?
No está mal aprender cosas nuevas. De hecho, yo descubrí el método Kaizen —también gracias a Gabriella— y me fue muy bien para enseñarme cosas nuevas. En un año, he aprendido a manejar Photoshop de maravilla y ahora me estoy enseñando a manejar Illustrator e Indesign. Sin embargo, nunca tienes que perder de vista tu meta. Tus objetivos tienen que estar siempre muy claros.
Intenta ser fiel a ti mismo y no te desvíes o, por el camino, perderás también tu estilo.
No pidas permiso a nadie para ser tú mismo
Seguramente te estarás planteando por qué te cuento todas estas chorradas. Encontrar tu estilo, desarrollar tu voz y seguir fiel a ella no es sencillo. Aunque parezca estúpido, al fin y al cabo… ¿Cómo no vas a tener una voz propia? Créeme, no es tan sencillo, te llevará un tiempo.
Empezar lleva tiempo. Empezar asusta, pero también es un momento excitante. Tienes que dar los primeros pasos y avanzar, como te he dicho tienes que olvidarte de los miedos y sacar callo ante las críticas. Tienes que ser valiente y dar el primer paso. El que da primero da dos veces.
Al principio será duro, pero luego irás cogiendo inercia y, cuando te des cuenta, estarás arriba. Serás una fuerza a tomar en cuenta y verás que todo por lo que has pasado a lo largo de tu vida, te ha dado una voz y un estilo, una forma de ver el mundo que atrae más que cualquier sistema de escritura.
Dices que abarcas muchos temas y que no te centras, sin embargo, cuando vengo por aquí (y desde mi primera visita ya ha llovido) nunca ha habido un día en que diga: «coño, ¿pero esto qué es?, ¿qué le ha pasado a este hoy?», nunca, así que será que tan mal no lo haces. Me sorprendí a mí misma hace tiempo en MOLPE, cuando leí un artículo y dije: «¿qué le habrá pasado a Ana? Parece Jaume hablando», y al final resulta que aparecía tu firma. Así que créeme, tan mal no lo debes estar haciendo. Y ahora, ve y olvida este comentario, que sabes que yo soy muy fan y los muy fan no ayudan 😛 Biquiños!
Bueno, los muy fan, son los que mandan. Tú eres mi lectora ideal, porque eres muy fan y me pillas enseguida, así que igual tendré que hacerte caso a lo que me digas.
Yo supe desarrollar mi voz y eso me ha valido estar en casa de Ana. Si no hubiese sido capaz de superar esos comentarios, seguramente a Ana no le interesaría tenerme en su blog cada semana dando la lata. 😉
Muchas gracias por leerme siempre y por comentar!
Un beso!
Pienso en abrirme un blog, cosa que tendré que hacer ya, y decirme lo mucho que me gusta tu estilo y lo que me costaría no imitarte. O a lo mejor es que ambos nos expresamos más o menos igual. No sé… Lo único que sé es que creo que tienes la suficiente personalidad como para que te topes con el logo de la máquina de escribir y automáticamente hacerte una idea de cómo será el artículo en cuestión, qué te vas a encontrar y cómo lo vas a decir.
Barriendo para casa, de un tiempo para acá me han dicho un par de compañeros de letras a los que admiro eso de que tengo estilo propio. Y mola, oyes; el resto de piropos y bondades que puedan comentar acerca de mis novelas me cuesta horrores creérmelos, pero ese en concreto, no sé, me mola muy mucho. Otra cosa es que sea verdad que lo tengo.
Eso sí, como tú bien dices en el post, cuesta lo suyo ponerse a escribir, leerte y sentir que es tuyo, que tiene y mantiene tu esencia. y que, por qué no, permite ver cierta evolución. Y como ninguno somos noveles en esto -ya vale de que algunos nos tachen de noveles con más de 30 tacos, muchas letras a cuestas y aún más experiencias, solo porque van con editoriales o con más canas- creo que ya podemos empezar a creernos que podemos tener algo, llámalo hache, aunque haya que continuar forjándolo a base de teclear.
Nunca decepcionas, pero este artículo me ha gustado tela.
Un abrazo, amigo. A seguir.
Hombre, tú tienes un estilo muy tuyo; es una de las cosas que más he leído en tu artículo, que se nota que es tuyo. Eso es bueno, de hecho es genial. Para mí también ha sido una de las mejores cosas que me han podido decir; me encanta que un lector me reconozca en un relato de terror y un western. Para mí, ese ha sido el punto de no-retorno. Realmente hasta ese momento no me creí escritor —y a veces lo sigo dudando—. Pero ese momento, cuando me dijeron por primera vez, me gusta tu estilo, fue cuando supe que estaba haciendo algo bien.
Coincido en que deberías abrirte un blog, creo que te haría bien, aunque también sé que ahora mismo es echarte un curro encima. Pero puedes usarlo como una bitácora; un blog de la vieja escuela. Así también te olvidas de rollos de marketing por ahora. Yo estoy pensando en empezar una bitácora de ese estilo, aunque no lo haré en una plataforma como esta, seguramente usará Medium, que creo que será un buen complemento para mi blog personal.
Tenemos un estilo bastante parecido, de hecho cuando estaba revisando tu artículo pensaba: joder, como me gusta este tipo y luego mi novia me decía, pareces tú 😛
Somos compis de estilo, pues mola 🙂
Un abrazo, colega.
«un blog de reseñas de cine…», eso me suena. 😉
Algún día habrá que buscar la forma de airear esas magníficas reseñas.
Yo todavía no tengo muy indentificados mis ciclos, creo que vivo en un estado permanente de «pequeño logro-subidón-desánimo», pero no sabría calendarizarlo.
Actualmente me encuentro en desánimo, con pequeños repuntes de subidón por los nuevos proyectos, supongo que será el Sumertime sadness ese que decía Lana del Rey.
Un placer leerte, como siempre.
¡Saludos!
Ey, RR… Menudo proyectazo teníamos ahí… lo malo como siempre el tiempo… A ver si nos sacamos más tiempo de la manga —lo veo crudo— y retomamos aquello.
Ese ciclo que mencionas lo entiendo. Yo a veces creo que tengo algún tipo de trastorno porque ando siempre a subidos y bajones. Si a ti también te pasa me quedo más tranquilo… No soy el único. Mi problema es que, si no me concentro y trato de no pensar, me arrastra y me fastidia el trabajo. En esos periodos de bajón tengo que mantenerme muy firme o el desánimo me puede y me vuelvo improductivo total.
El verano es terrible para estas cosas. Yo he aprendido a desconectar, de hecho la semana que viene será el último artículo de la temporada y cierro por vacaciones, para reiniciar el melón. Si no hago eso, es la muerte.
Un abrazo, gracias por leer y comentar!
Hola Jaume,
Pues no soy de llevar la contraria y no lo voy a hacer ahora. De hecho es el artículo que más me ha hecho pensar últimamente (que tampoco es mucho porque el calor me abotarga los sentidos).
Me he sentido identificado con la parte de sentirte mal o incluso no poder dormir por los comentarios que puedan llegar al blog, porque piensas que alguien se pueda sentir ofendido o porque pienses que has metido la pata hasta el fondo. Tengo bastante miedo a importunar a la gente, que piensen que soy un aprovechado o algo por el estilo y debo reconocerme que eso ha hecho cambiar mi estilo alguna vez.
No llueve a guste de todos, eso es así y hay que interiorizarlo.
El estilo propio es la base para sentirse bien con uno mismo (algo he hablado con el amigo Jesús al respecto de esto), pero no es fácil hacer oídos sordos a las montunas. Como dices, debe de ser eso que tiene que ver con los huevos y los peladores.
Un gran post.
Un abrazo
Jajajaj Me haces reír demasiado. Buen post, buen estilo , por cierto me encanta tu estilo blog y tus pots.
Saludos 🙂
Aun sigo sin entender que hago leyendo tu blog, lo que sin duda me ha quedado claro es, que eso de las subidas y bajones no es exclusivo de escritores, tal vez es el punto de coincidencia donde me identifico plenamente contigo, no ha sido tiempo perdido, buen blog.
La verdad, leer este artículo ha sido un alivio. Llevo un año dando vueltas y probando cosas para ser un »escritor de verdad» y nada calaba del todo, sentía como que este no era mi sitio, hasta que me he dado cuenta que lo que tengo que hacer es ser yo y tirar pa’lante.
Creo que mis carpetas de marcadores se me van a llenar de artículos tuyos XD
Me reí aquí sola al leer el comentario de Cris. Yo también pensé lo mismo: «¿Esta es Ana o es Jaume?» hasta que llegué al final, jaja.
Me encantó esta entrada, coincido plenamente y es muy revelador poder decir a viva voz lo que hay detrás de cada camino personal para llegar a ser quienes somos. La gente ve la punta del iceberg, debajo hay un tremendo mojón de hielo (esfuerzo, perseverancia, prueba y error, capaz de piel renovadas).
Abrazo creativo 🙂
Estuve todo el día de ayer trabajando en la entrada de mi blog. Me desperté temprano y empecé a escribir a mano dejando fluir mis palabras. A la hora de pasar a computadora, cambié todo el contexto para que no se escuchara tan personal, porque en mi mente me decía a mi misma que nadie le interesa lo que yo tenía que decir de mi persona. Mi hermana (que es como mi beta en todo) le mando la entrada antes de subirlo. Me dijo que le habia gustado pero sonaba muy cortado. Le dije que originalmente había escrito otra cosa. Le leí lo que había escrito a mano y me dijo que borrará lo que le había mandado y que pusiera eso. Y yo pensando «pero son un montón de babosadas mías». Pero ella insistió que esas «babosadas» era yo, y que era más interesante leer eso que la robot educada que trataba de aparentar.
Este artículo me hace sentir en paz conmigo misma y me alienta a seguir escribiendo dejando ver quien soy en realidad. Este es uno de los blog que tengo siguiendo desde hace tiempo, y siempre me alienta a no darme por vencida. Muchas gracias 😁 💕
Hola Jaume, un gusto saludarte.
Ha sido una experiencia muy interesante leer precisamente esta entrada justo ahora. Me explico, cuando conseguí tu blog, hace unos meses, el contenido que leí me resultó tan útil que decidí hacerme un maratón desde tu primera publicación, y vengo leyéndolas todas desde hace un tiempo, pero comencé las publicaciones más antiguas, el susto que me llevé cuando vi que eran tantas publicaciones se convirtió en una sensación de fortuna a medida que iba encontrando oro en tus publicaciones, han sido los temas indicados para la faceta de mi vida por la que estoy pasando y por ello te agradezco.
Lo curioso, con referencia al contenido de este post, es que casualmente vengo leyendo artículos de unos años atrás y justo ahora que escribes acerca de elevar la voz propia es que caigo en los escritos del Jaume contemporáneo, así que pude notar el cambio. Debo decirte que es la misma voz, solo que esta se escucha mejor. Este post lo leí en voz alta y me parecía tener un amigo al lado aconsejándome, tomo estos consejos como vacuna preventiva para mi travesía por los blogs y el mundo de la escritura que apenas comienza, estoy desarrollando mi primera novela.
Por cierto, me has hecho notar donde se encuentra realmente mi voz, en serio. Gracias.
Será muy agradable verte a ti o cualquiera de tus seguidores visitando el mío.
Hola, Roger
No sé qué decirte… ¿Perdón? Por esos posts antiguos que a mi mismo me parecen horribles… Promete que este año voy a actualizar unos cuantos, que ya se lo han ganado —y otros los retiraré, que también se lo han ganado—. Lo de la voz es un tema complicado, pero apasionante. Todos comenzamos tímidamente, imitando a otros, pero poco a poco vamos cogiendo confianza, hasta que llega un momento en el que hablamos fuerte y claro. A mí me ha costado mucho tiempo encontrar mi voz y la confianza suficiente para sacarla, pero al final ha valido la pena. De hecho, hay lectores de mis libros que se extrañan porque no encuentran en mis textos literarios mi tono habitual que es más sarcástico… pero claro, es que una cosa es escribir en un blog que, como dices, me puedo convertir en ese colega que te explica algo, y otra diferente es escribir un libro. Me gusta pensar que también tengo mi estilo propio, que se me diferencia, pero no es el mismo, claro.
En fin, me alegro muchísimo de que este artículo te haya servido para encontrar tu voz. Ahora que ya la tienes, solo tienes que usarla, hazla tuya y dale fuerza.
Un saludo!
Guau. Me ha encantado la fuerza que desprendes en este texto y valoro mucho la sinceridad que has tenido al hablar de lo de «tus ciclos». Mis aplausos.
Creo que nunca te he dejado un comentario pero leo prácticamente todo lo que escribes, no solo porque me resulta útil sino porque también me gusta eso que llaman «voz» y, sinceramente, es un alivio leer que tú también dudas y tienes altibajos, he sentido este post como si fuera el de un amigo que me está echando la bronca por no hacer lo que de verdad me gusta, así que muchas gracias.
Bueno, Chari, por geografía casi te podría echar la bronca en persona, ¿no? Hace tiempo que nos seguimos en redes y creo que hemos intercambiado pocos mensajes —mal, muy mal—, eso es cierto.
Yo también pensaba que era el único que tenía esos altibajos, sobre todo porque tengo muchos y muy fuertes. A principios de verano, tuve otra arrancada de «cierro el blog y a fer la mà», porque llego muy cansado y hastiado, ya que este trabajo, como bien sabes, es muy desagradecido; mucha crítica negativa y poco apoyo. Al final, cuando estoy a punto de reventar, siempre consigo reequilibrarme, me encierro unos días, alejándome del blog y de la carga psicológica de las redes sociales —que casi siempre es nociva— y al tiempo me entran las ganas de nuevo… porque al final me encanta hacer esto, me encanta escribir y disfruto mucho creando contenidos.
No te agobies, sigue haciendo lo que te gusta. Sigue con tus reseñas de libros, con tus opiniones de series… Disfruta y encuentra tu espacio, es lo mejor que puedes hacer.
Un saludo 😉
Muchas gracias por tu comentario. Es que tienes toda la razón, al final de lo que se trata es de disfrutar de lo que hacemos. Siempre tendremos altibajos y hay que asumirlo.
Te prometo que este no será mi último comentario por aquí 😂, casi vecino. Hace mucho que te sigo y te leo pero nunca te comento nada. Fatal por mi parte porque tu contenido me está siendo súper útil.
Por cierto! Me he comprado tu libro sobre las palabras clave para un escritor porque me gustó mucho lo que leí en la vista previa.
Nos leemos 😊