Al final me ha tocado cambiar el título, ¿ves? Por vago. El título original de este artículo iba a ser «Una editorial viene a verme», pero ya se ha pasado el tema. Lástima.
En fin, al turrón.
Editoriales, qué lugares… El sueño húmedo de todo escritor, ¿verdad? Te digo lo mismo que le dijeron a Pedro: «antes que cante el gallo me habrás negado tres veces». Seguro que ahora estás pensando que tú no eres de editorial, tú pasas de esa mierda. Eres un tipo —o tipa— muy capaz y te las apañas de maravilla a la tuya. Sin ayuda. Total, ¿no son todas las editoriales una pandilla de hienas que se alimentan de las magras carnes del escritor? Pues sí, claro que sí.
¿Y si no lo son?
Editoriales, la última frontera
Primer canto, primera negación. Por mucho que refunfuñes y que te hayas pasado la vida autopublicando —cosa por la que tienes todo mi respeto y envidia—, si Random House o Planeta te ponen un cheque delante, seguro que pierdes las pelotas. Y estoy bastante seguro, porque en el fondo, todos somos así. Un poquito hipócritas.
Yo podría haber autopublicado, pero si te digo la verdad me dio un miedo terrible y busqué la vía tradicional.
Con Blackwood tuve suerte, topé con una editorial joven y con ganas que apostó por mí y por mi proyecto… En un momento, además, en el que ni yo mismo apostaba por mí o por mi libro. Salí bien parado de mi primera novela, alguna cicatriz, un par de muescas en el revólver, pero la experiencia general fue buena.
Esa editorial, me ha apoyado en todo. He publicado con ellos todos mis relatos, me ha incluido en todas sus antologías y apuestan por mi trabajo en cada nueva revista que publican. Mi relación con ellos ha sido tan buena que incluso he terminado trabajando con ellos en algunos proyectos, ya sea de lector editorial, ya sea de corrector. El tema es que, tuve la enorme suerte de topar con una editorial que me quería.
Y no ha sido la única. Más tarde tuve la enorme suerte de trabajar con la editorial Ronin Literario y la experiencia no pudo ser mejor. En Historia de un Revólver, hicieron un trabajo excelente, cuidaron el producto desde la portada, hasta el punto final. Estuvieron siempre conmigo durante el proceso de revisión y edición y se preocuparon de el libro, una vez terminado, llegase a todos los lugares posibles. Implicándose hasta el último momento en presentaciones y demás.

Historia de un revólver, publicado por Ronin Literario, con portada de Aina Albi.
Como te digo, yo he tenido mucha suerte… pero no siempre es así, ¿verdad?
¿Qué tienen de malo las editoriales?
Exacto.
Siempre hay un pero.
En mi caso y en el de tropecientos autores noveles como yo, el gran pero es el mismo. Las editoriales pequeñas y jóvenes llegan a lo que llegan. No tienen grandes cadenas de distribución, no disponen de gigantescos departamentos de marketing y, por mucho que se esfuerzan, llegan a lo que llegan. En mi caso y, a pesar de que hicieron mucho, como siempre sucede, llegamos hasta donde pudimos.
Está claro que mi público —lectores de terror— son los que son y que mi género, en este país tiene una enorme lacra que no llego a entender. Sin embargo, viendo lo que se vende en la tele —series y tal— y lo que se ha logrado en nuestro país —autores como Garduño, por ejemplo—, creo que se podría haber hecho un poco más.
Es verdad que yo tuve parte de la culpa. No me impliqué tanto como debiera y no puse de mi parte todo lo que podría haber puesto —de ahí mi miedo a autopublicar, soy muy muy vago—. Pude haber creado un plan de marketing en condiciones, pero todo el tema de la publicación me superó y no reaccioné nada bien.
Además, antes de publicar mi novela Blackwood tuve un encontronazo bastante jodido con otra editorial. De hecho, Blackwood no iba a ser mi primera novela. Sin embargo, al final y tras casi un año de calvario, tuve que romper —abogado por medio— el contrato con aquella primera editorial. Fue una experiencia nefasta. Ver como tu trabajo se marchita por culpa de la incompetencia de algunos.
El mal es un punto de vista
Es verdad que, como escritores, nos resulta muy sencillo saltar a la chepa de las editoriales y dedicarnos a criticar. Yo os puedo asegurar, por mi experiencia, que salvo algunos casos muy concretos, detrás de las editoriales hay gente honrada y trabajadora —estoy hablando de las editoriales digamos «asequibles»—. Los editores, esos que nos gusta pintar con colmillos y cubiertos de pelo negro e hirsuto, son gente que lucha día a día por sus intereses, igual que tú luchas por los tuyos.

Escalofriante imagen gráfica de un editor en el momento del rapto de un escritor. El editor es el del sombrero de Tío Gilito.
También es verdad que hay algunos casos, que pese a ser minoría, rechinan mucho. Tenemos editoriales que se aprovechan o buscan aprovecharse del escritor y de la situación desesperada en la que se encuentra. Hay casos de editoriales que exigen un precio desorbitado por una edición de apenas 100 ejemplares, que jamás llegarán a ninguna librería y barrabasadas por el estilo… Es verdad, pero, aunque me joda reconocerlo, esto es lo de menos. Una editorial pirata de estas, te la ves venir a la legua y si no la ves, entonces pregunta, habla con otros escritores, infórmate —el blog de Mariana Eguaras te puede ayudar muchísimo en estos temas—.
Otro tema son los derechos de autor o los adelantos.
Es verdad que la mayoría de estas editoriales «asequibles» no te ofrecen adelantos por tus libros, pero tienes que entender que para ellas, publicar tu libro ya supone un esfuerzo económico. Nosotros somos unos desconocidos y, para ellos, apostar por un desconocido siempre es arriesgado. No es que me parezca bien —de hecho no me parece nada bien—, pero trato de ponerme en su pellejo. Deberían darnos un adelanto por nuestro trabajo, pero parece que eso es complicado.
Aunque para mí el peor de los males sigue siendo el tema de los derechos de autor. Sí, hay un esfuerzo detrás de una edición medio decente —hoy en día no se puede pedir mucho más, por lo visto—, pero ni de coña hay tanto. No es normal que el autor siempre sea el último mono. Una edición normalita, con tapa de cartón y cola, no se merece el 95% de los derechos… Pero es que no creo que merezca ni el 80%. En fin, he comprado varios libros de amiguetes y la verdad es que las ediciones, más que un libro parecen un tebeo de Mortadelo y Filemón. Como se te ocurra manosearlo mucho o leerlo más de una vez, despídete, porque te quedas con las hojas en la mano.
¿Por qué se nos paga tan poco entonces? ¿No es ese el mayor desprecio que se le puede hacer a alguien? ¿Tan poco crees que vale mi trabajo? ¿Qué te hace pensar que el tuyo vale tanto?
Esa sigue siendo la gran asignatura pendiente entre las editoriales y los escritores. La relación sigue siendo parasitaria. Ya existen algunas editoriales, sobre todo independientes que están aplicando un reparto más justo con el escritor, algo que deberíamos agradecer. Pero son las que menos y suelen trabajar con Verkamis, así que…
El escritor independiente
Yo no puedo hablar mucho de la autopublicación porque todavía no la he tocado. Es verdad que mis próximos proyectos tienen pinta de ir por este camino… pero por ahora no tengo mucho que decir o enseñar.
Sin embargo, y por la experiencia que he tenido con los escritores independientes sí que os puedo comentar algunas cositas. En primer lugar, creo que el mayor error de la autopublicación es la falta de filtro —¡vaya acabo de descubrir América!, ¿eh?—. La autopublicación es un cajón desastre y cada día se publican miles de libros, algunos tan malos que te mandan a tu rincón de llorar.

Yo después de tener que leer algunos libros para reseñas.
No quiero decir que todo lo autopublicado sea malo o que las editoriales no la caguen. Pero los autores autopublicados no pasan ningún filtro. Muchas veces, ni siquiera el de un corrector o un editor, algo terrible, sobre todo cuando tienes que leer párrafos sin puntuación o errores ortográficos de primero de guardería. Hay que tener un poco de amor propio, señores. Seguro que no comerías en un restaurante lleno de ratas, pues no obligues al personal a tragarse tu mierda.
Juan Palomo
Este es el otro gran problema que, a mi entender, tiene la autopublicación, que lo quieres hacer todo tú. Vale, yo también ando pelado, chaval, pero hay cosas que no sé hacer… sin embargo, la ignorancia es muy atrevida, ¿verdad? Mira, yo soy muy punk y lo mejor que nos ha dado el punk — a parte de los imperdibles— ha sido la filosofía DIY (Do it yourself). Si hasta un inconsciente como yo sabe donde están sus límites… ¿Cuál es tu problema?
No puedes hacerlo todo. Por mucho que te hayan dicho en el cole que eres especial y que puedes ser lo que quieras. No puedes, colega. Es imposible. No puedes ser escritor, lector editorial, editor, corrector, diseñador, maquetados, publicista, presentador, malabarista chino, domador de fieras y cazador de gamusinos. En algún momento la vas a cagar y vas vender un producto deficiente.
Autopublica, tienes una gran oportunidad, pero no lo hagas todo por tu cuenta. Hay profesionales excelentes ahí fuera que te ayudarán por cuatro perras. De verdad. Te costará menos un diseñador para tu portada que una noche de cubateo y, al final, te será mucho más útil.
Si quieres que te tomen en serio, tienes que demostrar que vas en serio. A mí también me gusta ponerme estupendo y tirarme a la trinchera, pero al segundo tiro ya estoy cagadito y temblando. Si quieres respeto, demuestra que te lo mereces. No tires en Amazon lo primero que has escrito, con media leída y sin un solo comentario de otro lector.
No te vendas tan barato.
¿Dónde encuentro esas editoriales fantásticas?
Bueno, os había prometido editoriales fantásticas… A ver cómo me lo monto yo ahora… En fin… Enviadme vuestros manuscritos junto a 1000€ a “Editor Feliz”, Calle Evergreen Terrace… ¿No cuela? Bueno…
Las editoriales, aunque no te lo creas, están tan hartas de ti, como tú de ellas. Reciben a diario decenas de manuscritos con los que tienen que lidiar. Si prefieres tirar por editorial, lo primero que tienes que tener claro es que no te vale cualquier editorial. Tienes que buscar LA editorial, la que te necesita, la que te quiere leer.
¿Sabes para qué me serviría enviar un manuscrito de terror a una editorial de romántica? Para que se cagaran en mis muertos y poco más. Lo peor de todo es que, si los pillo en un día de poca faena, me van a pillar la matricula y van a saber que no presto atención a sus indicaciones. Que no soy capaz de seguir unas directrices muy muy sencillas… ¿Qué crees que pensarán de mí? Exacto; que soy idiota. O que estoy desesperado… En cualquier caso, mal asunto.
¿Cuál es tu editorial? Eso no te lo puedo decir… Hay tantas… Busca la que se acople a tu género, revisa lo que publican, mira si tu manuscrito se adapta, tómate un poco de tiempo y lee lo que piden, lo que necesitan, fíjate que tengan abierta la solicitud de manuscritos… Incluso puedes enviarles un correo explicando quién eres, qué haces y contarles algo sobre tu libro… Si les interesa puede que te contesten.
Lo que no puedes hacer es ponerte nervioso, enfadarte y enviarles correos pasivo-agresivos de adolescente dolido. Detrás de ese sello hay una persona, quizá el que te leyó no tenga buen ojo y, a lo mejor, dentro de un año hay otro lector con el que tienes otra oportunidad… Pero si te pones estupendo, te van a mandar a la mierda. Directamente y sin vaselina.

¿Que no me publicas? Postemandolostanques
Si quieres saber qué tipo de editorial te conviene o no, aquí tienes este artículo de Mariana Eguaras sobre las editoriales de autoedición y este otro de Jen M.D sobre las editoriales que quieren comerse tu tostada y cómo identificarlas.
Ya te he dicho que paso, yo voy a la mía
Si eres de los que ya están hartos o, simplemente, eres del Team Autoedición, enhorabuena, hoy en día lo tienes más fácil que nunca. Como te he dicho, no la cagues; no te precipites. Cuando termines tu manuscrito, deja que alguien lo lea, pide opiniones —sí, en plural—. Cuando sepas si merece la pena, revisa, repasa, cambia. Que lo lean de nuevo y ahora sí, trabaja con un editor/corrector.
La tarea de corrección marcará la diferencia entre publicar algo potable o sacar la primera basura que se te ha ocurrido. Créeme la diferencia es abismal. No te haces una idea. No tengas reparos en invertir tu dinero en tu trabajo, al fin y al cabo, será tu nombre el que figurará en la portada, ¿pondrías tu nombre a un juguete que causa diarrea a los niños? Espero que no —yo lo haría, pero porque me gustan los fuegos artificiales—.
Si quieres autopublicar tienes mucha información en la red. Hay muchos blogs que te darán buenas ideas, consejos y guías para que te manejes en esto. Isaac Belmar, Mariana Eguaras, Valentina Truneanu, R.R López o Ana González Duque todos te ayudarán y ofrecen buen contenido y ayudas para publicar por tu cuenta.
Este tema es delicado y supongo que nadie estará de acuerdo; por una parte están las editoriales, por otra los escritores, los autopublicados, los engañados… Es una guerra a muchas bandas. Yo por mí parte solo pretendo ayudar desde mi experiencia, seguro que tú también has tenido algún tipo de experiencia con esto, así que… Eres libre de compartirla conmigo.
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«Lo peor de todo es que, si los pillo en un día de poca faena, me van a pillar la matricula y van a saber que no presto atención a sus indicaciones. Que no soy capaz de seguir unas directrices muy muy sencillas… ¿Qué crees que pensarán de mí? Exacto; que soy idiota. O que estoy desesperado… En cualquier caso, mal asunto.»
Me ha recordado tanto al tema de pedir reseñas a un bloguero que casi me caigo de la silla de la risa.
Una gran reflexión compañero, aunque yo incluiría un par de consejos más: la primera que intentes retener los derechos digitales para ti. Si consigues una editorial grande, obviamente, no van a ceder. Pero como somos pequeñas motas de placton en un mar de ballenas, no tenemos que preocuparnos por eso. Y Si es pequeñita igual sí podemos pactarlo (yo lo conseguí).
Y el segundo es remarcar un poco más el hecho de que «autopublicado» y cutre no van de la mano. Y no ser cutre implica invertir. E invertir implica gastar. No solo en el corrector (Que se llevará el mayor pellizco) sino en el resto de cosas en las que nos esa experto o necesites ayuda: portada, maquetación, edición (estilo, estructura,…) y todo lo demás.
Porque como bien has dicho otras veces… esto no es un camino de rosas. Bueno sí, pero sin pétalos y con muchas espinas.
Hola, David
Exacto, no es un camino de rosas, es un camino de espinas, de rocas afiladas y de hilo fino. Como te despistes y te pongas cómodo vas al agua. De cabeza.
Es verdad que se me ha pasado comentar el tema de los derechos digitales… y mira que quería remarcarlo… pero es que al final ya se me estaba yendo el artículo de las manos. Es verdad que tienes que luchar por retener los derechos de la descarga digital. Siempre que te dejen, tienes que ir a por ello. Yo palmé en eso con Blackwood… vamos, ni me lo planteé, pero desde ahora sí, quiero mantener siempre los derechos de mis relatos/novelas en digital.
Autopublicado no significa cutre, para nada. De hecho, tienes muy buenos ejemplos de grandes libros autopublicados que son verdaderas maravillas, Ana González tiene un par de buenos ejemplos de eso, sus libros están cuidadísimos y son autopublicados. Pero ella sabe mucho de esto y se mueve muy bien, invierte en su producto que es lo importante. Ofrece una imagen muy profesional, tanto que se ha convertido en una marca ella misma. Invertir en tu producto es esencial, no puedes vender algo del chino porque las cosas del chino se rompen y son feas.
Hay mucas cosas a tener en cuenta cuando te metes en esto y mucha gente ni las piensa, ese es un problema que deberíamos empezar a resolver.
Bueno, Dave, gracias por leer y comentar, majo!
Un abrazo!
¡Hola Jaume!
Este es un tema que siempre da respeto. Yo lo comparo a cuando te duele la rodilla (porque has decidido que correr 20 kilómetros es una buena idea) y te pones a buscar en Internet una solución: vas a encontrar de todo. Al final supongo que es lo mismo que ocurre cuando decides ir a por lo fuerte, cuando decides publicar; puedes leer todo lo que quieras, pero al final es casi seguro que tendrás que pasar por el médico.
En mi caso concreto, y cuando alguien me pregunta, yo siempre digo que voy sin expectativas. Eso no significa que me importe una mierda lo que he escrito, pero tengo el sentido común suficiente para saber que quizá (y solo quizá) no soy el siguiente Dan Brown. A partir de ahí y después de contar con los servicios de un corrector/editor (que evidentemente he contratado, porque mi carrera de biología solo da para salir en el CV), creo que es cuestión de echar cuentas. De intentar saber cuanto dinero y ¡tiempo! (que parece que solo importan los billetes) estás dispuesto a invertir. Y después de todo eso, y haciendo todos los pasos que comentas (que otros te lean, corregir, volver a corregir, repasar), estar preparado para que el profesional te diga “Esto no vale ni para papel de envolver”. Me acuerdo de un artículo de Gabriella Literaria que decía que tenías que estar preparado para el rechazo y no se si todo el mundo entiende el valor de esos rechazos (y que Gabriella define muy bien).
Cuando elegí la vía de la autopublicación (con ayuda) es porque tengo claro que una editorial es una empresa (cuyo único objetivo es ganar dinero), lo cual no es necesariamente malo, pero hay que tener en cuenta que todo negocio busca obtener beneficio. Y hay que tener claro que lo que tú tratas de venderles tiene que tener el suficiente valor para ellos. Luego ya habrá tiempo de decidir hasta dónde llega tu valor como marca (aunque totalmente de acuerdo con que el tema de los derechos de autor es un poco abusivo).
Quizá esa forma de pensar es un poco diferente, porque escribir con ganas y pasión sin tener claro que alguien te va a leer no es fácil, pero de eso va esta historia ¿no? Escribir, escribir, escribir y cuando alguien te lea sentir que tienes que escribir mejor para que esa persona no se sienta defraudada.
En fin, después de la parrafada, gran post.
Un saludo
Hola, Yon!
Muchas gracias por leer y por comentar!
Has dado en el clavo en el tema de los rechazos. Creo que nos falta aprender a trabajar con ellos. No somos capaces de aprender nada de un rechazo y ese es uno de los grandes rechazos. Yo he leído comentarios de gente que define su rechazo como «una incompetencia» o un error por parte de la editorial, que no entienden el fondo de su novela… No mira, lo que pasa es que tu novela es una gran M… puede que sea la historia o que cometes errores ortográficos de primero de EGB. No importa.
Hemos de ser capaces de aprender de nuestros rechazos. Si consigues sobreponerte a tu ego de escritor y somatizar ese rechazo, sacar algo de provecho de él, entonces, eso que parece una derrota será en realidad una gran victoria.
El tiempo… amigo mío… El tiempo. Qué poco nos acordamos de él. Es importante saber cuánto tiempo puedes invertir en un proyecto antes de que comience a resultar una carga —económica y psicológica— para ti. Hay proyectos a los que ponemos mucho empeño y mucho cariño pero que, por desgracia, nunca salen adelante o se estancan o se nos hacen demasiado pesados. A veces, simplemente, tienes que dejarlo estar y ponerte con otras cosas. Porque tu tiempo es tan importante como tu dinero.
Yo siempre me planteo una pregunta antes de publicar o enviar algo para publicar: ¿Perdería yo el tiempo leyendo esto? ¿Esto es algo que me gustaría leer? Si tú mismo no perderías ni un segundo leyendo eso, entonces no obligues a los demás a que se lo lean. Es de cajón, pero a veces, nos olvidamos de que el tiempo de los demás es tan valioso como el nuestro. Lo que también es un error al final.
Y bueno, lo de publicar o autopublicar, al final, depende de cada uno. Es una decisión muy personal que debería tomar cada uno, sin dejarse influenciar por lo que te diga uno, el otro y el de la moto.
En fin, ladrillo de vuelta 😛
Un abrazo, Yon, gracias por tu comentario 😉
Saludos, Jaume.
Yo, como sabes, no tuve más remedio que autopublicar mi trabajo. No existen muchas editoriales en nuestro país dispuestas a apostar de una forma “seria” por el humor. Y menos aún por el humor absurdo, que es lo mío. Al final encontré una, y les envié una pequeña muestra de mi trabajo; y les gustó lo que les envié, pero no me publicaron porque, según me dijeron: “no te conoce nadie, y, tal y como está el panorama editorial actual, se necesita invertir mucho dinero y recursos para promocionar a un autor novel como tú”.
Esa fue la razón por la que monté el blog: para dejar de ser un “auténtico desconocido”.
Me costó mucho decidirme a autopublicar mi primer libro. Me pasé años dándole vueltas al asunto. Hasta que un día me dije: “Ahora o nunca”, y lo hice. Eso sí, editar mi libro me llevó casi un año de duro -y obsesivo- trabajo de corrección y maquetación. Ni sé la de manuales que me leí para hacer un trabajo del que sentirme orgulloso, ya que pensaba -y aún sigo pensando- que si alguien decide pagar por tu obra merece como mínimo que lo hayas dado todo -y cuando digo todo, es todo- en ella. Pulí el borrador hasta la extenuación, y, para asegurarme, pedí un ejemplar de prueba a la imprenta antes de poner el libro a la venta. Mereció la pena hacerlo. No es lo mismo revisar un manuscrito -impreso o en pantalla- que revisar un libro físico. Ahí es cuando te das cuenta de cosas que de otro modo no verías con tanta nitidez como la adecuación de los márgenes, el tamaño de la letra, signos o caracteres especiales que puede que no reconozca el sistema de impresión, párrafos descolgados, etc.
Sólo cuando estuve 100% satisfecho con el resultado di el visto bueno al producto y comencé su comercialización.
Mi consejo, en tu caso, es el siguiente: si no tienes la posibilidad de publicar a través de una editorial -por lo que sea-, lánzate a autopublicar. Creo conocerte y sé que no publicarías algo de lo que no te sintieses plenamente satisfecho.
Dicho todo esto, y por si alguien de Planeta lee esto: estoy dispuesto a aceptar ganar el Planeta del próximo año, aunque siga “sin conocerme ni Dios”.
Un abrazo, Jaume.
Muy buenas, Pietro!
Lo de las editoriales tiene mucha miga. Yo tuve mis problemas gordos con una de esas editoriales piratas tan famosas, pero al final, pude encontrar gente comprometida que ha apostado por mí —y gente que tras leerme a venido a buscarme expresamente—. Yo creo que el final del camino es ese, encontrar el método que te sirva y con el que te sientas más cómodo. Yo sé de escritores que prefieren la autoedición antes que las editoriales y, en parte, les entiendo; tienes todo el control de tu producto, desde el primer momento hasta el último. Al final, eres dueño de todo y eso siempre es una ventaja.
Está claro que si te ficha una editorial buena y tienes la suerte de que apuesta mucho por ti, puedes salir muy bien parado. Pero seamos realistas, como tú has dicho, no nos conoce ni Dios y eso hará que se preocupen de ti durante un año —como mucho—, después de eso se terminó el apoyo y te vas a tener que buscar la vida por tu cuenta. De la misma forma que harías si fueras autopublicado. Otra cosa son los autores con mucho tirón —que son los que pagan la fiesta de los pequeñitos a los que no nos conoce ni Dios—, esos tienen mucho respaldo y departamentos de marketing detrás… pero es que, ellos son los que dan de comer a las editoriales.
En fin, que todo está bien, pero hagas lo que hagas apuesta por un producto bien terminado. No hay que precipitarse y es necesario invertir para que el producto que pones en el mercado tenga el valor que los lectores merecen.
En fin, un gran abrazo, maestro!
¡Hola, Jaume! Risas aparte (por el estilo de tu entrada), entiendo por completo que la decisión entre acudir a las editoriales o autopublicarse es un verdadero dilema. Ambas formas de publicación tienen grandes ventajas y desventajas.
Mis dos primeros libros fueron publicados por editorial. La primera pertenecía a una entidad pública regional, la edición fue modesta y tuvo una escasa distribución en librerías. Pero yo era muy joven entonces y el solo hecho de haber formado parte de una colección de narrativa constituía un gran logro. La segunda vez firmé contrato con una gran editorial de mi país, con muchas ventajas (buen diseño, producción de calidad, amplia distribución, presentación organizada por ellos, etc.), pero el esfuerzo de promoción no pasó del primer año y luego tuve grandes problemas burocráticos para la liquidación de las regalías. En gran parte, el problema se debe a que Venezuela no está concebida para modalidades “a distancia” y todo debe hacerse en persona.
Resumiendo: no he sentido nunca que las editoriales se hayan aprovechado de mí o de mi trabajo, y considero que mi experiencia ha sido positiva (a pesar de las desventajas) porque con mi juventud y desconocimiento de entonces no hubiera podido llevar adelante una publicación exitosa.
Ahora es distinto porque hay muchos recursos para quienes desean autopublicar. Me encanta tener el control del proceso y realizar mis experimentos. Al igual que tú, pienso que un autor no puede hacerlo todo y necesariamente hay que invertir en servicios de terceros. Lo bueno es que nosotros mismos los elegimos.
Por cierto, muchas gracias por la mención.
Hola, Valentina!
Muchas gracias a ti por leer y comentar 😀
Una de las cosas que quería con este artículo era dejar claro que no todas las editoriales son el coco. Porque parece que cada artículo que leo por ahí trata de advertirnos de que las editoriales se nos quieren comer y que van a secuestrar a nuestros hijos. Hay de todo; yo he tenido buenas y malas experiencias con ellas. Pero publicar con editorial es una opción perfectamente viable para cualquier escritor, siempre que seas capaz de encontrar tu lugar y hacer las cosas bien.
Esta claro que la autoedición nos da ese control que de la otra forma tenemos que poner en manos de otros. Pero como tú dices, ahora mismo hay muchísimos recursos para los que quieren publicar por su cuenta. Aunque, es necesario que ese producto pase por algunas manos antes de lanzarse al mercado. Hay que invertir y crear un producto en condiciones. No debería valer cualquier cosa, hecha de cualquier manera.
Gracias a ti por el trabajo que haces.
Un placer que visites mi blog, muchas gracias por leer y por comentar! Un saludo!
Bueno, muchas gracias una vez más por honrarme con una referencia en tu blog.
Mi pensamiento respecto a autoedición / edición es, edición con editorial sí, pero con una que merezca la pena, y nunca pagando por editar.
Para eso te autoeditas.
Pero siempre revisando el texto y con un grupo de lectores cero que lo lean antes de lanzarlo a la palestra.
En mi caso concreto, he tenido mala experiencia con la editoriales, pero ahora he fichado con una del grupo Planeta.
¿Qué me pueden aportar?
Creo que algo de respaldo en cuanto a reputación (mucha gente sigue menospreciando a los autoeditados) y espero que algo de proyección offline.
¿Dinero? Algo más que con la autoedición, pero tampoco creas que mucho, por el tema de los royalties que comentas en el anuncio.
Creo que el secreto es darse a conocer, tener un público y un catálogo de libos amplio.
En ese momento sí puede llegar a ser rentable la autoedición. Mientras tanto apenas da para compensar costes, salvo que seas un fiera con las ventas, claro.
Por cierto, ahora hay una editorial que está emepezando, Tésera, que son la caña.
Lo digo porque yo les asesoré un poco en el tema de los royalties, para que fueran más justos para el escritor, y son gente que lo que hace lo hace por vocación y con calidad.
Mis futuros libros de ficción espero publicarlos con ellos (aunque alguno autopublicado caerá).
Lo dicho, muchas gracias y un fuerte abrazo.
Hola, R. R
¡Enhorabuena por el fichaje! Ya me contarás.
Yo también tuve una mala experiencia con editoriales, como digo en el artículo. Fue una experiencia de esas que te quitan las ganas de continuar. Pero al final me repuse y seguí adelante, encontré otra editorial con la que trabajo muy bien y con la que estoy contento —que al final es lo que cuenta—. Así que aquí estamos, dando el callo.
Tendremos que charlar un día que veo que tienes cosas que contarme, maifrend 😛
En fin, gracias a ti por leer y comentar, un abrazo!
Muy buena entrada, para nada un “cajón de sastre” 😉
Hola, Jorge!
Muchas gracias… Hombre, un poco desastre sí que ha sido este artículo… mucho que decir y poco espacio para hacerlo.
Gracias por leer y comentar.
Hola Jaume,
Me ha gustado mucho este artículo. Algunas de las cosas que comentas me sonaban por haberlas buscado en Internet, pero no tenía ni idea de otras tantas.
Planteas el eterno dilema: editorial frente a autopublicación. Cada una tiene sus pros y sus contras y supongo que depende del escritor elegir.
En mi caso, sigo sin saber hacia dónde tirar.
La idea de la autopublicación no me desagrada porque yo soy un poco de esas personas que podrían hacerlo casi todo (menos la parte de editora y marketing, podría maquetar, crear la portada y algunas ilustraciones porque soy Artista Conceptual). Pero la parte que me da miedo de esta opción es la de no llegar al público. Creo que hoy en día es muy difícil vender algo sin una buena campaña de marketing.
Otras de las razones por las que la autopublicación me tira un poco hacia atrás es por la falta de filtro que tu comentabas. Puede que tu novela tenga una calidad aceptable, pero entre toda la marea de textos horribles que hay por ahí ¿podría destacar?
He hecho un pequeño experimento al respecto con Wattpad. De todas las obras que he leído el 99% me han hecho sangrar los ojos.
Creo que Wattpad es un buen ejemplo de cómo está un poco el mercado de la utopublicación. Siempre hay excepciones, claro, pero vete a encontrarlas entre todas las toneladas que se publican a diario. La gente no tiene tiempo ni ganas de buscar.
Esta situación se parece mucho a los juegos para dispositivos móviles. No sé si jugáis, yo no suelo hacerlo porque no me gustan ese tipo de juegos. Hoy día se publica una media de 300 juegos al día y os puedo asegurar que el 95% son pura bazofia. Por mucho que tu publiques tu producto, bueno y de calidad, es muy difícil que destaque entre toda esa montaña (hablo desde la experiencia).
Por otro lado, enviar mi manuscrito a las editoriales me parece un poco más interesante. Mi pareja me recomienda que acabe mi obra y la envíe. Supongo que él lo compara con nuestra propia experiencia con editores de videojuegos. En este caso presentas una demo en condiciones, un documento de diseño y presupuesto de cuánto costaría desarrollar el proyecto entero. La editorial, después de hacer sus cálculos, te da ese dinero, pero a cambio se queda un porcentaje bastante alto de cada copia vendida, después de que ellos hayan recuperado todo lo que invirtieron.
No sé hasta qué punto se pueden parecer los dos negocios. Como tu bien dices, las editoriales asequibles no dan dinero por adelantado, a no ser que seas famoso.
Uno de los motivos por el que enviar a editoriales me da mucha pereza (yo también soy un poco vaga) es por la cantidad de cosas que hay que preparar alrededor del envío. Si no recuerdo mal hay que hacer una carta de presentación, una sinopsis técnica, etc… Y en algunos sitios incluso te exigen manuscritos impresos. Supongo que este procedimiento es una manera de seleccionar a la gente por parte de las editoriales.
Sigo con mis dudas y creo que me acompañarán hasta el último momento. Por ahora voy a centrarme en acabar el manuscrito y cuando crea que está en condiciones decidiré qué hago. Mientras tanto investigaré acerca de las dos opciones.
Gracias de nuevo.
Hola, Mar!
Gracias a ti por el comentario, me parece muy interesante el tema de los videojuegos y, aunque sí parece que tienen bastante en común estos dos mundos, también veo muchas diferencias. En primer lugar comentas que ellos se quedan gran parte de lo que ganas, hasta recuperar la inversión… Aquí se te quedan gran parte de tu dinero siempre.
Wattpad es el infierno de la buena literatura. Yo estoy llevando a cabo un experimento también, voy colgando un relato al mes en la plataforma. Y creo que siendo este el segundo mes te puedo contar con bastante criterio cual es el problema: es para niñatos. Que fuerte, ¿eh? Pues es lo que hay, es una plataforma para niñatos que vomitan sus fanfictions sin más criterio que el de tener un teclado. La mala literatura —mala hasta la náusea— es la que triunfa por allí. Es para un público muy joven y sin poso literario. A la mayoría no les importa la calidad más que la cantidad y no muchos creo que ni son hispanohablantes —y si lo son habría que darles clases de español para tontos, porque tela marinera—.
No creo que Wattpad sirva como termómetro de nada. Es verdad que algunas editoriales están pescando ahí, pero de una charca nunca vas a sacar un tiburón, como mucho una rana gorda. En fin, nosotros tenemos un público diferente y esas no son aguas para nosotros, yo lo estoy comprobando y, aunque recibo algunas lecturas y buenos comentarios, no calo entre los lectores de la plataforma porque no cuento la historia de amor envenenado entre dos adolescentes fantasmas que viven en la época victoriana de la estrella Camiflú de Orión 34.
Mi consejo, como el de tu marido, es que termines de escribir tu manuscrito primero. No tengas miedo de lanzarte a buscar editorial o, si lo prefieres, autopublicar. Hay público para nosotros, hay público para todo en realidad, solo tienes que salir y buscarlo. Que no te asuste el marketing, no es tan complicado como parece. Es como todo, solo tienes que saber qué teclas tienes que pulsar y, cuando lo veas todo negro, buscar ayuda de alguien que haya pasado por ahí o que sepa del tema. Pero, como te digo, termina de escribir el manuscrito primero; después del uno va el dos. NO hay prisa, con calma y con criterio, pero no te quedes parada en mitad de la vía porque al final te pillará el tren. Ya que estás ahí cruza.
En fin, como siempre un placer tenerte por aquí.
Un abrazo y gracias por leer y comentar.
Mucha info, me doy cuenta de que por suerte, (o por desgracia?) soy una gran ignorante de ese mundo de las editoriales, algo así como que yo estoy en Montevideo y ellas en el Tíbet. El de la autopublicación, me queda aún mas lejos… directamente Saturno. Pero primero lo primero dijo alguno…
Primero lograr terminar el proyecto, pulirlo dando lo mejor de vos, con una mano en el corazón y reconociendo tus pobrezas. Aún no me atrevo ni a mostrarlo, tengo momentos de esos buenos en que digo: Pa! que genial que esta esto!, y otros en que me atrapa el lado oscuro y: Que porquería de mierda! no seré la primera ni la última a quien le pase. Bueno, de todos modos, no estoy ni cerca de terminar, por eso te leo… sos un grn apoyo.. un poquito raro aveces, pero ahí estas.
Otra cosa. Quiero comprar tu novela, me salta a una página en que puedo hacerlo con mi targeta y demás, pero el tema es que me gustaría tenerla en físico, y vivo como que lejos… no Saturno, Montevideo, disculpa la ignorancia, nuevamente… como podría hacer?
Abrazo
Hola, Alila!
Siempre tenemos sentimiento enfrentados con nuestros textos, unos días te encanta lo que escribes y otro día te parece todo una gran mierda. Por eso mismo necesitas siempre un editor, alguien que vea tu trabajo desde fuera y que tenga una opinión neutra —y profesional, claro—. El primer paso siempre es dejar que lo lean, si no lo sueltas nunca te harás el ánimo y eso es esencial. Déjale un capítulo a alguien en quién confíes y dile que te lea, a ver qué te dice y que opinión le merece. Eso será esencial para avanzar.
Sobre mi novela, la página que dices que te salta es la de editorial que vende el libro. Tienes que comprarlo a través de ahí si lo quieres en formato físico.
Muchas gracias por leer y comentar! Un abrazo!
Hola, Jaume Vincent:
A lo largo de la historia las editoriales han explotado bárbaramente a los autores. Dice Gabriel García Márques: “El escritor es tan explotado como cualquier trabajador”. Es injusto que les den un 10 por ciento de regalías, mientras la empresa se queda con el 90 por ciento, argumentando gastos de impresión. Es verdad que un autor desconocido no garantiza la inversión de su libro. Tampoco un autor célebre garantiza la riqueza de una cadena comercial. Bueno, Harry Potter, puede ser la excepción. En cierta forma los escritores son culpables que no se les valore.
El autor novel tiene tanta prisa por publicar que casi nunca presenta una obra digna: Mala ortografía, pésima redacción, temas desabridos, y un título deprimente. Obviamente, si es un creador nato, le pondrá tanto cuidado a su obra como Miguel Ángel a sus esculturas. Va de por medio su nombre. En adelante esa obra será su carta de presentación. Puede que lo marque para siempre.
Me encabrona escuchar que una “editorial” cobra mil dólares por auto edición. En otras palabras, le venden al autor sus propios libros. Esto le traerá frustración, desengaños, y un odio general a la literatura. Los escritores no se dan en macetas, por más que alguien diga lo contrario. Necesitan talento, imaginación, don del verbo, y por encima gran ilustración.
Cuando ingresé al primer taller literario hicimos una antología de cuentos. Un editor (desconocido, como nosotros) nos fue a ver para editarla. No las publicó gratis, y no recibimos regalías, pero se vendieron los dos mil ejemplares. Actualmente, tengo una novela recién terminada y varias propuestas para publicarla. Por supuesto les he enviado algunos capítulos. Sin embargo, prefiero la auto edición por las razones señaladas. No tengo garantizado el éxito, pero cuidaré hasta el mínimo detalle. La están revisando especialistas.
¿Qué tanto importa la marca?
Si un libro se va a vender, lo hará en cualquier vitrina. En una editorial virtual, desde un blog, o en la más prestigiosa editorial holandesa. Llamará la atención de todas formas… o todo lo contrario, y no importa que la exhiban en la Torre Effel. Las grandes editoriales están llenas de libros que nunca se vendieron. ¿Por qué? Puede ser la gran pregunta. ¿Qué tienen los bestsellers que carecen los libros comunes? Otra pregunta interesante que tendremos que contestar.
Tanto las editoriales como la industria musical están en crisis. Los discos ya no venden, se pueden bajar mil canciones de you tube en una memoria. Por otra parte, un escritor ya no necesita pedirle a un consejo editorial “que por favor revise su obra”. Dicen que el 90 por ciento de las veces ni siquiera les contestan. Qué groseros.
¡Un cordial saludo!
Las editoriales-estafa son muy peligrosas. Un amigo tuvo la mala suerte de empezar con una así, le pedían inversión de dinero para todo. Para sacar más ejemplares, para una portada mejor… total, que iba a salirle la novela como un coche. O más cara. Lo único que hacían gratis era: darle un ISBN, poner una imagen con licencia Creative Commons 3.0 de portada (a.k.a. imagen gratis) y subir el libro en su web en impresión bajo demanda. ¡Vaya cosa!
Lo de que las editoriales reciben muchos manuscritos siempre me ha resultado extraño. Admito que yo soy un poco inútil y escribo muy despacio, así que no puedo ponerme a mí mismo como modelo de escritor estándar (¡ni mucho menos!), pero es que el panorama que se encuentra uno es de saturación de mercado. No sé, tal vez no sea que la gente envíe manuscritos por enviarlos, quizá es que de verdad hay mucha gente que escribe.
Por mi parte estoy intentando hacer lo que Manel Loureiro hizo hace muchos años. Una narración seriada gratis en internet. A él le sirvió para que le publicasen al final, soy más escéptico en cuanto a que yo vaya a obtener el mismo resultado pero es un experimento divertido y lo importante es escribir.
Ahora sólo tengo que hacerlo con más frecuencia.
Buen artículo, Jaume, si bien un tanto desolador. De hecho, no es el único artículo tuyo que calificaría así. Bueno, ya lo sé, la realidad es muy dura y tampoco vas a mentir. 😉
Hola, Dan!
Bueno, no creo que sea un artículo desolador, es un artículo en el que hablo desde mi experiencia… si mi experiencia es desoladora… Pues mira, es lo que hay ahora mismo.
Eso de serializar una historia está muy bien, de hecho, como parte de mi experimento Wattpad, estoy en ello también. Yo, en mi caso, no espero nada, porque Wattpad es lo que es y tiene el público que tiene, sé que allí no tengo audiencia… pero bueno, es un experimento y tengo unos cuantos previstos para año, para ir contando en el blog. Lo único que te puedo decir —y que ya sabrás por ti mismo— es que tienes que ser constante; si te has planteado un relato o capítulo al mes, no falles. Ten siempre en mente una fecha y no se la cambies o los lectores perderán interés —no te haces una idea de lo que cuesta enganchar y lo sencillo que es perderlos—.
Mira, te pongo el ejemplo de una editorial independiente que apareció hace cosa de un mes o dos, colgaron un tuit en su cuenta diciendo que abrían la recepción de manuscritos; en tres días recibieron más de 300 manuscritos, lo que para una editorial pequeña —¿dos, tres personas,quizá?—, es una verdadera salvajada. Es imposible que tengan tiempo de leer todo ese material. Por eso te digo, las editoriales están saturadas. Hay algunas que reciben miles de manuscritos al mes.
Lo bueno de una editorial-estafa es que te la ves venir desde su casa. Antes, la gente caía porque desconocían el truco, pero ahora mismo es como el timo de la estampilla; está ya más que superado —¡ojo! Que todavía queda gente que cae en el timo de la estampilla—. El tema es que muchos escritores se precipitan en publicar y lo quieren hacer a toda costa con una editorial. Yo, personalmente, creo que hoy en día es un error, hay demasiadas buenas opciones para hacerlo por tu cuenta.
En fin, muchas gracias por leer y comentar, como siempre Dan.
Un saludo!
Mi opinión es que la editoriales, más allá de campañas de marketing, deberían tener como misión filtrar. Leer y buscar buenas obras. Editarlas y corregirlas. Siempre. Los autores no son filólogos. El problema es que las editoriales se apuntan al carro de la autoedición. Unas porque publican sin filtrar ni corregir a cambio de que el autor lo pague todo. Otras porque publican a autores indies que venden mucho, o que tienen muchos seguidores, sin importarles la calidad literaria… O hay editoriales que directamente contratan a escritores fantasma (me gusta más que lo de negros) para que escriban los libros de las estrellas mediáticas. O para que reescriban los libros de los autores estrella que vomitan todo sobre el papel y no hay por donde corregirlo. Está claro que una editorial es un negocio, pero como todos los negocios que venden algo tienen que cuidar su materia prima, buscar la mejor y venderla lo mejor posible.
Respecto a la calidad en los autores autopublicados… hay autores que facturan decenas de miles de euros cada mes, con libros que parecen redactados por estudiantes de primaria. Pero si venden lo que venden es porque su público lee como leen los estudiantes de primero primaria. Entiendo que ese público exista y, lamentablemente, es muy mayoritario. Pero, como pasa con la tele, podemos empezar la discusión: ¿le damos la público lo que quiere o lo que necesita? En el caso de una editorial esto implica: ¿vendemos mierda o la mandamos reescribir o corregir? El público igualmente no se va a dar cuenta, pero ellos deberían sentir la obligación de, por lo menos, darle a la mierda una apariencia normal. Ya no te digo publicar buenas historias, pero hacerlo siguiendo las normas de gramática y ortografía sí. Yo creo que ese es el mínimo que le tiene que pedir a una editorial. Luego ya hablaremos de promoción y distribución, pero si no cuidamos la materia prima… nada que hacer.
Hola, Clara!
Yo creo que has pinchado un punto de dolor. Al menos uno que estoy viendo desde hace mucho tiempo: los lectores son igual de malos que los escritores. Al final si se escribe mierda de primero de primaria es porque hay lectores con ese nivel. Ni más ni menos. El gran problema es que eso es lo que vende, solo tienes que visitar Wattpad para el nivel general de lectura y lo que la gente lee… A mí me han entrado depresiones de caballo viendo lo que la gente califica de «obra maestra»; relatos sin comas, llenos de faltas de ortografía, con diálogos lamentables —cuando los tienen— y con toda la parafernalia típica de un crío de quince años.
En fin, las editoriales, que siempre van «a la retardá» ahora están pescando en Wattpad… Lo que supongo que acabará siendo la soga en la que se colgarán ya del todo. Por mí bien, creo que los dinosaurios se extinguieron por alguna razón, los que fueron capaces de evolucionar y convertir las escamas en plumas, siguen por aquí, los que no, pues ahí están, flotando en nuestros depósitos de gasolina. Las editoriales, al final tendrán que pasar por ese mismo proceso.
Muchas gracias por leer y comentar, Clara! Un abrazo!
Leer tu artículo me ha dejado muy desanimado, o mejor dicho, ha aumentado lo que ya venía viendo. Algo que he notado mucho es que las editoriales casi no le dan lugar al género de terror, si no es un thriller policial o cosas similares la verdad no hay mucho más. Por ahí hay casos como Stephen King o Dross que los publican (además de determinado talento para la escritura) porque tienen cierto prestigio.
Yo estoy escribiendo una novela de horror y la verdad creo que lo que más me conviene es la autopublicación, pero me da cosa, yo quería más el método tradicional jaja. Veremos qué pasa, saludos.