Seguro que muchos de vosotros (al, menos los que se hayan molestado en leer mi perfil o página de autor), os estaréis preguntado qué pasa con mi supuesta novela: Las Normas de Morgan… Pues amigos míos, la novela está durmiendo el sueño de los justos.
A veces te enfrentas a cosas que no entiendes, y no es que de repente se te aparezca un hombrecillo verde, qué va. Con eso podría vivir.
Cuando terminé de escribir el primer borrador de Las Normas de Morgan quedé satisfecho, totalmente satisfecho. Había conseguido terminar una gran novela en un tiempo récord: menos de un mes. Estaba completamente aliviado, era una sensación maravillosa, la historia lo tenía todo: sangre, amargura, una fuerte crítica social, soledad, desesperación y, al final, maravillosa esperanza. La verdad, quedé muy contento con ella.
Aunque, en un principio nació como un proyecto que presentar a concurso, se me fue el plazo y quedó como una novela, sin más. Empujado por mi lectora beta, decidí lanzarme y probar suerte con el mercado editorial. Comencé a llamar a todas las puertas que me encontré y como el lobo del cuento, les enseñé la patita por debajo de la puerta.
No tardé en recibir respuestas, la mayoría de ellas de esta nueva especie parasitaria que ha brotado alrededor de los que escribimos: las editoriales de co-edición. Lampreas que se alimentan del dinero del escritor y no del de los lectores. Como ya me los conocía, simplemente, declinaba las ofertas y: ¡Vaya usted con Dios, buen hombre!
Pronto recibí un correo un poco diferente, alguien estaba dispuesto a publicarme la novela y, aunque en un principio querían que pagase yo los gastos de publicación, ahora me ofertaban un modo diferente de publicar: yo no pagaba nada, ellos me publicaban y ya está. Yo me alegré, y pensé que iba a ser una buena experiencia, quedamos en hablar más tarde… Pero nunca más supe nada… supongo que el capitán Garfio le robó el teléfono al fulano este…
Bueno, son cosas que pasan, así que yo seguí a la mía. Unas semanas más tarde, recibí una nueva llamada, otra editorial interesada. Otra vez lo mismo, publica previo paso por caja. Decliné la oferta y a los dos o tres días, llamaron de nuevo: publica, nosotros pagamos. Como ya no me fiaba un pelo, pregunté y pregunté y pregunté… Todo parecía muy correcto y comprometido, así que acepté… ¿Por qué no iba a hacerlo? Estaba a punto de cumplir mi sueño.
Hablamos un par de veces más por teléfono y por correo, en cada llamada, en cada mensaje, mi novela les parecía más buena, más potente, estaban ilusionados. A las pocas semanas recibí el contrato, lo revisé y no vi nada fuera de lo normal (claro, no soy abogado), así que firmé y lo envié. Recibí su copia firmada del contrato y quedamos en: «ir hablando«. La fecha de publicación se calculó sobre octubre o noviembre. Muy bien, sí, sí, ajá. P-e-r-fecto.
Viendo las cosas con la perspectiva de la experiencia, creo que debemos parar en este punto del relato, para comentar algunas cosas. Cuando me pidieron el manuscrito, yo avisé: «es un primer borrador, necesito algunas semanas para revisarlo, si me podéis dejar«. «No importa«, dijeron, «trabajaremos sobre el borrador y ya iremos editando«. Esto que debería haberme olido raro, pasó por delante de mis narices contoneándose como una puta barata bañada en Chanel de imitación, ¿que qué hice? Lo normal, enviar el borrador.
Bueno, ¿Os he dicho ya que iba a cumplir mi sueño? En fin, desde el momento en que les envíe mi manuscrito, comenzó la pesadilla. No sabría como describir todo lo que he ido pasando desde aquel momento, supongo que Via Crucis puede resultar exagerado, aunque la verdad que no andará demasiado lejos.
Desde aquel momento dejé de recibir noticias de mis editores (esto fue en abril). Yo enviaba algún correo preocupándome por el estado del manuscrito y recibía respuestas vagas, y eso cuando las recibía. No sabía muy bien qué pensar, así que, alma de cántaro, quise pensar lo mejor: será así como se hacen estas cosas.
Sobre el mes de Octubre recibí el primer correo de mis editores. Lo abrí con muchos nervios, supuse que será el manuscrito corregido y que hablaríamos de fechas. Por fin iba a poder aportar algo a mi obra, implicarme en el trabajo editorial. Vería mi trabajo casi terminado y daría los últimos toques.
Craso error. En el mensaje me adjuntaban el manuscrito y unas escuetas frases: nuestra correctora está teniendo muchas dificultades con tu obra, y no va a estar para Noviembre, no podemos decirte para cuando estará. Nada más. Ni una explicación, ni un motivo. Nada. Niente. Nanay.
Abrí el documento y me quedé de piedra. Correcciones. Correcciones. Correcciones. Toooooodo estaba mal. Miré las anotaciones, más por curiosidad que por otra cosa, y para mi asombro todas ellas se basaban en una palabra: repetición. No había ningún otro fallo, no había faltas de ortografía, ni errores gramaticales o de estilo. Solo había repeticiones. Unas 20 o 30 por página.
En este punto hagamos otro inciso. ¿Cuántas repeticiones molestas eres capaz de meter en una página? Me juego lo que quieras a que no más de 5. Es imposible. Mi error en ese momento fue ofuscarme y no querer mirar más allá. Fue mi pareja la que, más tarde, se dio cuenta de que todas las correcciones (durante 5 hojas) tenían la misma hora y la misma fecha, apenas había unos segundos de diferencia entra las correcciones de la primera páginas y las de la página 6, por ejemplo, y todas tenían fecha de octubre.
Bueno, no supe muy bien como reaccionar, en este tema era un completo novato, así que callé y plegué velas. Les dije que no había problema, que siguieran trabajando, que lo importante era la publicación de la novela, y aunque no estaba de acuerdo en algunas correcciones ellos eran los profesionales. Obtuve la callada por respuesta.
Unos cuatro meses después, a principios de febrero o finales de enero, recibí otro correo. En ese momento ya había revisado con más calma las «correcciones» y había almacenado bastante bilis. En el correo me pedían con mucho cariño y formalidad, que ampliara el contrato, ya que «era imposible llegar a tiempo, debido a las muchas correcciones que necesitaba mi manuscrito«…
Como ya os podéis imaginar me negué a prorrogar el contrato. Contesté con una educación que no se merecían, y les dije que después de observar lo extraño de esas correcciones y de no saber absolutamente nada de ellos en meses, prefería ceñirme al contrato y no alargar más la colaboración.
La reacción que obtuve podría haber sido perfectamente la de una exnovia despechada, o peor todavía, la de un poligonero cuando le tocas las tetas a su novia en la discoteca. Aguanté el chaparrón, pero como ya estaba calentito, les dije un par de cosas, ya hablé sobre este tema en el blog de EFE y no me apetece volver sobre lo mismo. A palabras necias, oídos sordos.
No sólo tuve que soportar el no saber nada de mi trabajo durante meses y meses, no sólo he tenido que aguantar que mi novela haya estado muerta (o en coma) durante todo este tiempo, además tuve que aguantar como un personaje que no respeta su trabajo, me insultaba a mí y al mío. Incluso tuve que recurrir a un abogado para que dejarán en paz mi novela y no sufrir «consecuencias» inesperadas (El contrato contenía cláusulas abusivas ¡Sorpresa!).
A mí me importa muy poco lo que me tenga que decir alguien que trabaja de esa manera, yo soy una persona profesional y estoy muy orgulloso de eso; he conseguido trabajar de mi escritura gracias a mi esfuerzo, hay días en los que me acuesto a las 3 de la madrugada porque tengo plazos de entrega que cumplir, jamás he insultado a un cliente, nunca los he tratado mal y de ninguna manera he menospreciado su trabajo o su persona. Por esa parte, tengo la conciencia muy tranquila.
Estaba muy dispuesto a hacer una excepción con ellos y mentarles a sus muertos; los más frescos y los más secos, por igual, sin hacer diferencias. Pero no quiero bajar a su nivel, así que no diré nada.
Yo no publicaré mi novela (esa que no he sabido escribir, según tus palabras) con tu editorial, y ¿sabes qué? Me alegro, de verdad, me alegro de haber visto lo que se esconde detrás de los silencios y la ocasional zalamería barata. Si una cosa huele a podrido, suele ser porque está podrida, en estas cosas no suele haber mucho misterio.
Puede que no publique con tu editorial, esa que tiene 8 millones de seguidores (cien veces más que el Grupo Planeta, me tienes que dar el secreto, majete), puede que no vea mi novela publicada bajo tu sello editorial… y la verdad que me importa una mierda.
No quiero tener nada que ver con este tipo de personas que se dedican a parasitar el trabajo, los sueños y las esperanzas de los demás.
Mi novela sigue en coma, muerta en vida, asesinada antes de nacer por la falta de profesionalidad de unas personas que crecen al amparo de los silencios y la vergüenza de los que caen en sus garras. También, por mi culpa, por precipitarme, por querer correr antes de andar.
Yo no les tengo miedo (me importan muy poco las amenazas que me lanzasteis, podéis decir de mí lo que os dé la gana), y por eso me he decido a escribir todo esto.
Pero mi novela tiene el espíritu de los buenos malos de cine como Freddy, Jason o Michael Myers… y nunca muere. Puede que esté en coma, puede que creas que la has vencido, pero el horror siempre vuelve y acaba por morderte el culo.
Siempre.
Olé. Bien dicho.
A mi también me gusta escribir y en eso estoy con mi primera novela, aún en creación. También sueño con la publicación de ésta y tengo bastante miedo a encontrarme con gente como esta que describes.
Gracias por contar tu experiencia, espero que encuentres una editorial que apoye a los escritores y puedas publicar tu libro, seguro que lo harás.
Hola, Claudia,
Lo mismo te deseo, espero que tengas mucha suerte con esa novela que estás terminando. Te deseo mucha suerte y mucha paciencia, porque este camino es largo y, como puedes ver, a veces fastidioso. Pero bueno, espero que de mis errores y cagadas varias, podáis aprender vosotros y que no os sucedan las cosas que me han ido sucediendo a mí.
Un abrazo, muchas gracias por leer y por comentar.
¡Mucha suerte con tu novela, Claudia!
Tela. Lo siento. Un abrazo con mucho ánimo.
Hola, JJ!
¿Qué te parece? No me digas que no es para llenarte una mochila con cartuchos de calibre 12 y posta lobera. En fin, siempre en el barro compañero, de trinchera en trinchera, uno al final colecciona cicatrices, como el niño que colecciona cromos de futbolistas. Todo tiene su enseñanza, hay que saber aprender. 😉
Un abrazo y mucha suerte, para «usté» y para su Yago!
Madre mía, Jaume!
¡Qué difícil es todo en esta vida!
Ahora, por experiencia propia, te aconsejo que seas cabezota y no abandones en el intento. Antes o después lo conseguirás.
Hola, Paola!
Me resulta muy especial ver un comentario tuyo, muchas gracias por tus palabras y por tu apoyo.
Sí que es difícil, sí. Encima, de vez te encuentras con gente te las complica más todavía. Pero bueno, de todo se aprende, de esto he sacado buenas lecciones (a las bravas, pero es lo que tiene esto). Seguiré luchando, ahora mismo tengo varios proyectos en marcha, entre ellos está el de «resucitar» este manuscrito, lo haré a su debido tiempo.
Muchas gracias por pasarte y leerme, Paola.
Un abrazo!
Querido Jaume!
Siento mucho todo esto que cuentas, nunca me han gustado las personas que juegan con los sueños de otras, y nuestra primera obra es como un bebé al que deberían tratar fenomenal. Pero piensa que no todas las editoriales serán iguales cuando hay gente que está contenta con su trabajo.
Sabes que yo soy de las de auto publicación, y que antes de colgarla en Amazon se la di a mi correctora, porque lo mío aparte de repeticiones eran muchas cosas más, laismos, eñismos…argggg, y yo misma como lectora era consciente de ellas.
No tengas miedo de seguir soñando, de resucitar esa novela, y utiliza este acontecimiento para aprender. Seguro que a la próxima no te la dan con queso.
Cuando alguien me pregunta siempre digo lo mismo, saltar al vacío está muy bien, siempre y cuando haya agua que nos pueda frenar en el golpe, aunque sea un poquito.
Pero por favor, como lectora te digo, no tengas miedo a mostrar tu obra. que este problema no te haga desfallecer en el intento de publicar, sea de la forma que sea. Tu escrito lo merece, seguro!
Luchaaa!! Estamos contigo!
Un abrazo de superpoderes! Y una peineta para quien no sabe trabajar como es debido y falta el respeto a los autores, cuando no se lo merecen!
Querida Beka! Muchas gracias!
No desfallezco, pasé unos momentos difíciles cuando me pasó (en su momento), pero no es nada que pueda superarme. Yo trabajo escribiendo, vivo de lo que escribo (no de mis novelas, pero sí de artículos y trabajo en blogs), así que lo que me diga esta gente me la trae muy al pairo. Yo sé cómo trabajo y sé lo que opinan de lo que escribo aquellos para los que escribo.
Me pilló un poco de novato, era la primera vez que me implicaba realmente con lo que escribo (esto fue antes de Excentrya) así que no tenía mucha idea del funcionamiento de todo esto. Tú eres un alma salvaje y te gusta tu libertad, elegiste bien autopublicando, yo quizá debería haber hecho lo mismo. Mi manuscrito está lleno de errores seguro: faltas de ortografía, gramaticales, frases mal construidas, algún que otro despiste… Pero ¿sólo repeticiones? ¿El único error que cometo es ese? ¿Una y otra vez y otra? Seamos serios.
Me molesta que jueguen con nuestro trabajo, que se pueda despreciar así tan a la ligera, pero es el oficio que elegimos… A unos les pueden dar una cornada o un tiro, a nosotros nos pasan estas cosas.
EL manuscrito resucitará, ya tengo el apoyo de varias personas detrás de mí y de personas del mundo literario que están interesadas en él, no se quedará en el olvido, no se perderá y no morirá.
Muchas gracias por tus palabras, Beka, de corazón.
Un abrazo y muchas gracias por leer y comentar!
Divina paciencia la tuya 😉
Menuda gentuza anda suelta por ahí. ¡Qué miedo!
Ya lo creo, Miguel, lo que hay que ver y aguantar.
Un saludo, compañero y suerte con tu nuevo proyecto 😉
Bueno, por mi parte ya sabes que está todo más que dicho, pero me alegro de que te hayas decidido a contarlo en el blog y de ver el apoyo de tus lectores y compañeros. Eso es con lo que te tienes que quedar! Y, por supuesto, muchísimo ánimo para sacar adelante Las normas de Morgan, esa novela tiene que ver la luz!!! Un besote! 😉
Hola, María!
Muchas gracias por tu apoyo incondicional cada día, y con cada nueva piedra que nos vamos encontrando en el camino (la verdad que nunca parecen terminar, pero tú siempre estás ahí). Sé que hemos hablado mucho de este tema, pero creo que nunca te he dicho que sin tu apoyo habría tirado la toalla hace mucho tiempo con Morgan y sus dichosas normas… Pero ahí estamos, luchando todavía.
Muchas gracias (por todo)!
Un besazo 😉
Desgraciadamente gente indeseable hay en todos los sitios y las editoriales no están exentos de ello. Pero esto no te tiene que frenar en ningún momento e ir a por todas!!Tu puedes Jaume!!
Hola, Íñigo,
Sí, hay gente para todo, en este mundo de las editoriales tienes que ir con mil ojos y no fiarte de nadie, al final esto se ha convertido un poco en la cueva de Alí Babá, en este país parece que tenemos facilidad para corromperlo todo. En fin, no quiero decir tampoco que todas las editoriales del mercado sean así, pero sí que hay muchas que van, simplemente, a ver qué pillan. Una lástima.
Gracias, Íñigo, por tu apoyo. No me voy a rendir!!
Un saludo!
Lo malo que juegan con los sueños de la gente y especialmente, el mundo de la literatura tendría que ser de otra forma. Al final por muchas que sean las dificultades, acabaras publicándolo, no me cabe ninguna duda!! Y espero que puedas venir a presentarlo a Pamplona!!Animo!!
Sí, es especialmente fastidioso por esa parte, porque en la literatura juegan con los sueños de la gente, pero bueno, es como todo, uno también tiene que conocer las opciones que existen, y si quieres publicar sin estos problemas (que al final me los busqué yo), sólo necesitas encontrar un par de buenos profesionales para corrección y edición y publicar por tu cuenta.
Pues mira, espero poder presentar el libro en Pamplona, porque es una ciudad que me encanta. He estado un par de veces, por San Fermín y las dos veces quedé enamorado de la ciudad (a pesar del mogollón y el lío).
Un saludo y muchas gracias!
En fin… Es que no sé qué decirte más que no me entra en la cabeza. Que estoy, estamos, empeñados en trabajar y hacer las cosas de otra manera. Porque, joder, se puede y se debe.
Resulta tan vergonzoso como indignante, no solo para el autor sino para todo el gremio de editores. Estas «editoriales» modernas que han descubierto el grial del túpagas-yo gano-túnovesniunduro, son una plaga, una maldita plaga. Y ya sabes lo que le pasa tarde o temprano a toda plaga.
Y no escribo más, porque me enciendo.
Un abrazo, Jaume. Ánimo, paciencia y ya hablaremos 😉
Hola, Elena.
Pues ya ves como está el patio… Este es mi caso personal, pero sé que hay otros porque a raíz del artículo que hice para EFE me llegaron comentarios de personas a las que le han hecho cosas parecidas. Es una lástima y es una vergüenza, pero gente gilipollas hay a «cascoporro»… no hay derecho a tener que soportar ciertas cosas, pero esta gente se cuela por «las rendijas» del sistema, como las ratas y las cucarachas y es complicado deshacerte de ellas.
Es vergonzoso e indignante, por eso tenemos que luchar por un cambio que es más que necesario.
Ya hablamos que tengo ganas de mantener una larga charla contigo!
Un abrazo! 😉
Espero que puedas , en una Librería que conozco suelen hacer bastantes presentaciones.Así que algún día puedes ser tú .Ya nos comentaras , que ira todo sobre ruedas .Saludos :Íñigo.
Pues a ver, ya os iré comentando. De momento tengo un par de proyectos que quiero finiquitar antes, pero en cuanto pueda me pondré con este manuscrito.
¡Madre mía! Cada vez me fío menos del tema editorial, la putada es que son los únicos que pueden levantar lo que has echo, aunque… no se si con todo el estrés que te conlleva escribir una historia, podría haber aguantado exigencias y chorradas de personas que no tienen ni idea.
Yo me hundiría si alguien con palabras frías se metiera con mi trabajo con todo el esfuerzo que puesto en el.
¿Eso no es denunciable? Te joden por completo ¡Vamos! yo me sentiría así. Soy demasiado exigente y se que no soy lo suficiente buena. Pero…joder. ¿A donde vamos a llegar?
Hola, Coral!
Editoriales… ni contigo, ni sin ti. Es complicado, ¿verdad? Muchas veces son nuestro mayor problema, otras parece que sean la única solución posible. Bueno, por suerte, ni blanco ni negro. Hay muchas opciones a tu alcance si lo que quieres es publicar. Puedes hacerlo por tu cuenta o puedes contactar con alguna de las pequeñas editoriales que están surgiendo ahora, si crees que van a ser más de lo mismo sólo tienes que hablar con ellas: ¿te piden dinero? Pues adiós, ¿No te lo piden? Habla con ellos.
Denunciar no creo que se pueda, ellos viven en un limbo legal, lo que hacen es inmoral, pero no ilegal, entonces sólo te queda acordarte de ellos, de su tía abuela, de sus primas… Es una lástima que éste sea el panorama editorial, pero bueno, parece que la cosa está cambiando y están surgiendo nuevos proyectos muy interesantes en este campo.
No hay que desesperarse, ni quedarse con lo malo. Yo sé cómo es mi trabajo, sé la calidad que tiene. Lo que digan estos… me resbala bastante.
Un saludo, Coral, muchas gracias por leer y comentar, como siempre un placer leerte por aquí.
vaya, sí que lo siento, pero esas actitudes son extrapolables a todos los ambitos donde los homínidos hagan negocios. el 99% trabaja sólo por dos cosas: 1) para poder comer, en plan «soy ingeniero, no camarero, aunque aquí me veas; te serviré, pero flipas si además quieres una sonrisa» y 2) para ostentar, en plan «yo me he metido en política para forrarme». y la verdad es que cualquier cosa que nos salga bien en este mundo es para dar gracias. y cualquiera que nos salga mal, para cagarse en dios.
ah, y lo de lampreas me lo apunto xD
Lampreas infectas, si me permites la puntualización.
Has dicho algo que suelo decir siempre a la gente que me rodea: aquí cuando alguien está trabajando o cuando te dan trabajo, parece que te estén haciendo un favor… en eso te doy toda la razón, las sonrisas ni las espero, como mucho alguna bordería, una gracieta si les pillas un día no muy malo (o si ha ganado el Madrid), pero una sonrisa nunca. ¡Nunca!
Tampoco quiero que parezca que me lamento de mi mala suerte, supongo que gran parte de esto fue culpa mía, que pequé de novato. Pero bueno, también me gustaría que si alguien está en una situación parecida aprenda de mis cagadas y que no le pase lo mismo, porque jode la vida y media.
Pero bueno, la vida es así, como bien dices hay que dar gracias por las cosas buenas.
Un saludo
jaja, pues sí, y si existe la reencarnación yo he jodido ya siete vidas… xD. y pecar de novato está a la orden de día, sobre todo como tardes en madurar o no seas lo suficientemente despierto. pero bueno, de las novatadas es de lo que se aprende, y de esas cosas horribles cuando suceden pero geniales de contar después, años más tarde, desde la barrera ^^
PD: y yo soy de los pocos que defiende hay que quejarse. o como mínimo… why not? para eso es la única utilidad de la virgen, para cagarse en ella
UuuFF!!
Hola Cris:
Vaya historia que nos cuentas que bien podría llamarse: «Los sueños truncos de un novelista». Esté bien que compartas, pero te quedas corta, y debes dar el nombre de la editorial. Así evitas el trago amargo a cualquiera. La mayoría de editoriales virtuales trabajan previo pago del tiraje (¡qué graciosos!). Eso significa que no confían en tu talento, y prefieren asegurar su porcentaje, no me gusta la idea de tener que pagar para publicar. Cuesta tanto trabajo escribir una obra que vale la pena encontrar la mejor opción. Esperar con paciencia, ya llegará el momento.
Es preferible:
Si mi novela no ofrece garantías, si tiene un tema o estilo trillado, si no nací para ser escritores, que me lo digan y punto. A otra cosa mariposa. Sin embargo, y como consolación, hay novelas que fueron rechazadas muchas veces hasta que alguien las corrigió y lanzó a la fama. Es tan impredecible el éxito como el azar.
Un gran error de los noveles querer publicar a las primeras de cambio. Sin haber analizado y corregido con calma. Sin conocer el punto de vista de los que saben y han recorrido el camino. Sin haber sopesado el potencial de una obra. También me extraña que afirmes escribir una novela en un mes. Es prácticamente imposible si deseas escribir una obra de arte. Reto a cualquiera que afirme escribir en ese lapso.
Honestamente, los editores te tomaron el pelo, pero también tú se los permitiste. He de ser sincero contigo y el título ,»Las normas de Morgan», no dice nada. Puede ser un libro de cálculos, o de aritmética, o de higiene bucal. No sé, te veo mucho talento como escritora, como ensayista, pero titulando una obra no eres muy buena. Deberías consultarlo con amigos y enemigos.
Un gustazo compartir tu experiencia.
Cádiz Molina
¿Cris? Me llamo Jaume y soy hombre 😛 Puede que me confundas con Cris Mandarica que estuvo invitada el viernes pasado, el autor del blog soy yo y soy hombre, sólo con entrar en la sección «Sobre mí» lo puedes ver.
¿Crees que no se puede escribir una novela en un mes? ¿Te reto? Jack Keroauc escribió «En el camino» la mejor novela Beat de la historia en tres semanas, tres semanas, ni siquiera un mes. Está considerada, no sólo una obra de arte, es una novela generacional que revolucionó la sociedad. ¿Se puede? Sí, claro que se puede, siempre que tengas ganas y tiempo. Te puede sorprender todo lo que quieras, de ahí a menospreciarla, creo que te equivocas, pero bueno, esa es tu opinión y me parece muy bien.
Yo no sé si mi novela ofrece o no garantías, yo sé lo que he trabajado en ella, la ilusión que le puse y sé, además, que los que la han leído la han disfrutado, ¿me precipité? Seguramente. ¿Me engañaron? También, por eso escribí este artículo. ¿Merecía ese trato? No, para nada.
Hay algo en lo que no estoy de acuerdo contigo en absoluto. Yo no necesito el punto de vista de nadie que haya recorrido ningún camino, yo sé cuando algo es bueno o malo, es más, yo soy editor y corrector, sé muy bien lo que necesita una novela. Además, la única opinión que debería importar es la del lector, y ellos me han dicho que les ha gustado, el resto: esos que han recorrido el camino me importan entre poco y nada.
¿Qué más? Ah sí, el título, que no te gusta… Bueno, pues a lo mejor no seré bueno poniendo nombres a mis obras, de momento eres el único que se ha quejado, ni mis amigos ni mis enemigos, que leen todo lo que escribo, me han dicho nada sobre los título. Se llama «Las Normas de Morgan» por una razón, la obra trata de una mujer maltratada y de las normas que su marido le impone, ¿no está bien escogido? Puede que no te guste a ti personalmente, pero creo que el título no tiene ninguna pega.
Bueno, gracias por compartir mi experiencia, siento no decir el nombre de la editorial, pero como se dicen en mi tierra: se nombra el pecado, pero no el pecador.
Un saludo
Hola Jaume:
Me confundí porque seguí el enlace de Cris en el artículo,»Por qué es más fácil publicar para los noveles», y de ahí tomé el enlace de tu post. También porque me suscribí a la página de Cris, y no tenía el gusto de conocerte.
Doy punto final a lo de tu capacidad para escribir novelas en un mes. Te felicito. También que no necesitas el punto de vista de terceros para calificar tu novela. Honestamente, confías demasiado en tu talento, y un poco de humildad no te vendría mal. De lo contrario te vas a seguir dando frentazos. Es obvio que eres novato. En el «Decálogo para escritores», se nos dice: «Cree en ti pero no tanto; duda de ti pero no tanto».
En lo personal, me la pasó leyendo consejos de escritores famosos, para noveles, y por eso me atreví a sugerirte eso. Todos están de acuerdo en que no debemos precipitarnos nunca, madurar nuestra obra, calibrarla.
Te voy a dar el título de diez obras que han logrado trascender. Tal vez el título fue determinante. Es como la envoltura de un regalo:
1.- Un tranvía llamado deseo
2.- Lo que el viento se llevó
3.- Las mil y una noches
4.- La divina comedia
5.- La vida inútil de Pito Pérez
6.- Santa
7.- El llano en llamas
8.- Las noches de Boccaio
9.- La guerra y la paz
10.- Blanca Nieves y los 7 enanos
Y te recomiendo un libro que te va a gustar mucho y aprender otro tanto. Es la novela más apasionante que he leído. No te deja ni ir al baño cuando la lees. Cuando lo hice, me dije: «Así quiero escribir yo». Se llama: «Papillón», es la historia de un presidiario, su autor: Henry Cherierre.
Te dejo el enlace de mi blog por si deseas visitarme:http://letrasarteyoriginalidad.blogspot.mx/2013/12/acerca-de-letras-arte-y-originalidad.html
Un gusto saludarte.
José de Cádiz
Esta es una de las razones por la que cada vez más me gusta la autopublicación. Nadie comprende una obra como quien la ha producido, así que dejarla en manos de terceros puede ser un tanto arriesgado. Sí que es bonito que tu novela/cuento/poemario… salga publicado bajo un lindo y conocido sello editorial, pero pienso que cada vez más eso va perdiendo peso.
Autopublicar nos obliga a luchar un poquito más para conseguir nuestros sueño, pero el resultado puede ser brillante o sino, satisfactorio a nivel personal. Control total de tus ventas, mantienes los derechos de tus obras e incluso algunas plataformas de autopublicación te dan todo lo que las tiendas liquidan de tus obras!
Qué piensan de la autopublicación?
Hola, Marta!
El problema con algunas editoriales es que van a la rapiña y no saben hacer las cosas en condiciones, ahí es donde entran los problemas, como el que tuve yo. Pero bueno, no todas son así, por suerte.
Sobre la autopublicación tengo sentimientos encontrados, es una gran salida y una magnífica opción para los que hacen las cosas bien, que por desgracia no son todos, con esto me refiero a que la autopublicación ha sido la salida de la gran mayoría y muchos no se han preocupado de la calidad de lo que publican, lo que ha llevado a que los autores autopublicados tengan que pagar el pato y aguantar el estigma de «lo que las editoriales no quieren».
Hay grandes autores autopublicados y otros no tan grandes pero que a base de amigos consiguen llegar lejos, estos, de nuevo, dan mal nombre a la autopublicación.
Sin embargo la autopublicación bien hecha y bien llevada supera cualquier tipo de publicación tradicional, el autor conserva los derechos, gestiona la publicidad, las ventas y los canales en los que quiere estar presente o no. Conlleva mucho más trabajo, por supuesto, pero el resultado es igual de satisfactorio. Los autores autopublicados tienen la oportunidad, muchas veces, de llegar donde los de editorial no pueden, ya que ellos son los responsables de sus libros y sobre sus espaldas está el peso de «salir adelante».
Como te digo, la autopublicación bien llevada es una de las mejores opciones que tienen hoy en días los escritores.
¡Wow! Me ha sorprendido la intensidad, sinceramente y sin duda, veracidad de tus palabras.
Si te digo la verdad, creo que a más de unos nos pasa eso del «error del principiante». Tratese de escritura, estudios o cualquier otro tipo de trabajo. No sé de qué editorial estás hablando (aunque estaría bien saberlo para no caer en sus redes fatales de «maravilloso trabajo»), pero puedo asegurar que «chorizos» así, hay muchos. Yo misma me he librado de tres de esos por los pelos. Se ve que alguien ahí arriba me quiere tanto que justo cuando estoy a punto de caer en una trampa, conozco/descubro/me presentan/me ponen en contacto con alguien que tuvo una no tan buena experiencia con esa editorial en cuestión y así he conseguido «librarme» hasta ahora. Aunque siempre me queda el miedo de caer en una pesadilla como las que cuentas.
De momento, tengo mi manuscrito en el cajón virtual de mi nube iCloud y respaldado en OneDrive y creo que ahí se quedará. ¿Autopublicaré? No lo sé. Algún día. Quizás. A pesar de haber acabado la novela hace un año, hace unos días decidí editarla por última vez (de momento; supongo que si una editorial buena decide apostar por el, me tocará otra edición). Primero, por necesitar ponerme al día con los detalles, puesto que es el primer libro de una saga. Y segundo, porque al usar «pages» (grave error), usé el guión (predeterminado) y no la raya… ?
Tengo la sensación de que es muy difícil saber de quién fiarse en el mundo editorial y parece más difícil que antes… Así que de momento, decidí no apostar por ninguna. Sí. Sí. Los escritores apuestan por una editorial, al igual que esta misma pir un escritor. Ambos se necesitan, puesto que, a pesar de que las editoriales piensen que son las que «mandan», sin escritores y buenas obras, no tendrían negocio para publicitar y ganar dinero. Vamos, serían como una tienda sin productos.
No sé cómo habrá acabado la odisea de tu libro, pero espero que algún día vea la luz. Con todo lo sufrido, se lo merece.
Un saludo.
Oana